El arquitecto y fotógrafo bilbaíno César Azcárate protagonizó un encuentro ante un centenar de personas, muchas de ellos colegas de profesión o profesionales de la fotografía, el pasado día 28 de abril en el Palacio del Condestable para mostrar sus «construcciones fotográficas», el resultado de más de dos décadas de trabajo donde fotografía y arquitectura forman parte de un mismo lenguaje.
El acto fue presentado por Mariano González Presencio, presidente del COAVN en Navarra, quien felicitó a Azcárate, miembro del jurado en el XII Concurso MIRAR LA ARQUITECTURA, y también docente como él en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, por su doble faceta profesional.
El encuentro se enmarcaba en el acto de clausura de la exposición «imaginary spaces» que se puede ver hasta el 30 de abril en este edificio municipal de Pamplona, organizado por el COAVN en Navarra dentro de sus actividades en torno a la fotografía de arquitectura.
El contenido de esta exposición, edificios industriales en desuso, es solo una parte de la gran trayectoria fotográfica de este arquitecto, -y así quedó de manifiesto en su charla-, que viene combinando ambas disciplinas, -fotografía y arquitectura-, desde hace ya más de dos décadas. Para Azcárate, esta doble faceta le sigue permitiendo hablar en «un doble lenguaje» porque «siento que cuando hago fotografía también hago arquitectura, de alguna forma, sigo construyendo».
El arquitecto, quien mostró durante su intervención más de un centenar de trabajos fotográficos de autor, recordó que sus inicios en la fotografía se centraron básicamente en tres áreas temáticas: La Ría de Bilbao y el «impacto» que en él supuso «las grandas escalas de los edificios industriales que pueblan sus orillas»; el Guggenheim de la capital vizcaína, «una potencia de espacios, estructura y luz»; y los silos, esas «grandes catedrales olvidadas» del paisaje español, motivo de su tesis doctoral, que supuso un recorrido minuicioso por toda la red nacional de silos.
Con todo ello, Azcárate ha conseguido «construir la fotografía», lo que ha desembocado en sus últimos trabajos fotográficos, que clasificó en cuatro bloques bien diferenciados: la industria, «donde siempre he admirado la precisión geométrica de esas inmensas naves, así como la potencia de sus estructuras»; los «edificios en proceso» de construcción o de demolición, a los que gusta denominar «espacios fugaces»; la ciudad en sus múltiples caras (los elementos domésticos, la vivienda, sus equipamientos, la ciudad abandonada o en soledad…); y las atmósferas que rodean los espacios «donde el aire casi se ve, se palpa, se siente…».
Y es precisamente en la primera de estas temáticas, la industria, donde se asienta «imaginary spaces», la muestra de once macrofotografías que ha albergado con notable éxito la primera planta del palacio del Condestable de Pamplona y que, hoy, 30 de abril, cierra sus puertas.
Azcárate no quiso terminar su charla sin agradecer a fotógrafos de la talla de Carlos Cánovas, presente en la sala, o Luis Prieto «con los que tanto aprendí por el apoyo recibido en mi aprendizaje en el mundo de la fotografía».