Exposición CRONOTOPOS, del arquitecto y fotógrafo Aitor Estévez Olaizola (Irún, 1977) (www.aitorestevez.com)
A propósito de la exposición sobre el XIII Concurso MIRAR LA FOTOGRAFÍA/ARKITEKTURA BEGIRA os acercamos la obra de este arquitecto y compañero de colegiación del COAVN. En nuestro ánimo, ahondar más y acercar a la ciudadanía ese encuentro en el que fotografía y arquitectura se dan la mano.
CRONOTOPOS es un proyecto personal para la construcción de un refugio propio en el tiempo, en la fotografía y en la arquitectura, en estas arquitecturas olvidadas, retiradas del presente; un retiro voluntario hacia nuestra propia condición humana, perfectamente imperfecta, más allá del ruido, de la saturación mediática de imágenes complacientes aptas para el consumo, en una época de precariedad e incertidumbre.
¿Dónde? Palacio del Condestable (C/ Mayor, 2). Atrio 1ª planta. Pamplona-Iruña.
¿Cuándo? Del 4 al 22 de abril de 2017.
5 de abril (miércoles) 19.00 h. Presentación de la muestra a cargo del autor, tras la entrega de los premios MIRAR LA ARQUITECTURA/ARKITEKTURA BEGIRA. Lugar: sala 2ª planta Condestable
Horario exposición: De lunes a sábado de 09:00 h. a 14:00 h. y de 17:00 h. a 21:00 h. / Domingos y festivos: cerrado
LA EXPOSICIÓN
Colección de 21 fotografías, a tamaño de 90 x 60 cms.
Estas fotografías se corresponden con 7 lugares seleccionados dentro del proyecto “Cronotopos”, a razón de 3 fotografías por cada lugar, ubicados en Guipuzcoa y Barcelona:
– Antigua cantera en Andoain.
– Casino La Rabassada, Barcelona.
– Antigua fábrica de cerveza Damm, Barcelona.
– Gametxo y Errandonea, Irún.
– Rehabilitación Hotel Lintzirin, Oiartzun.
– Antiguo Fábrica de papeles Galgo, Andoain.
– Demolición de edificio en Plaza Lasala, Donostia.
Cada uno de estos trípticos va acompañado por un breve texto explicativo acerca de la historia del lugar o de ciertos datos de interés.
ANOTACIONES DEL AUTOR:
“No vi el viento, vi las nubes moverse.
No vi el tiempo, vi las hojas caer.”
Eduardo Chillida
Siempre me ha interesado el tiempo. No como fenómeno atmosférico, sino como destino. La presencia ineludible del tiempo convierte la existencia de las cosas y la nuestra propia en algo trágico, épico, heroico. El tiempo es la medida de la imperfección de las cosas. Lo ideal deviene material, físico, real, mortal.
“Cronotopos” es un proyecto personal para la construcción de un refugio propio en el tiempo, en la fotografía, y en la arquitectura, en estas arquitecturas olvidadas, retiradas del presente; un retiro voluntario hacia nuestra propia condición humana, perfectamente imperfecta, más allá del ruido, de la saturación mediática de imágenes complacientes aptas para el consumo, en una época de precariedad e incertidumbre. Descartamos el tiempo futuro perfecto, ideal, infinito, irreal, inexistente, y conjugamos en pretérito imperfecto.
Se trata de una colección de fotografías, no de un lugar en el tiempo, sino de El Tiempo en un lugar. El tiempo queda aquí atrapado, pudiendo ser analizado en una longitud más amplia de onda; una muestra dilatada de nuestra propia caducidad. Podemos proceder entonces a la búsqueda de algún tipo de verdad oculta en el interior de estas ruinas. En “Cronotopos” el tiempo y la naturaleza terminan devorando a la arquitectura, al igual que el dios Cronos (o Saturno) devora a uno de sus hijos, en el cuadro de Francisco de Goya.
“Cronotopos” es una oportunidad para proyectar sobre las imágenes nuevas maneras de habitar el espacio, nuevas maneras de interpretar, de mirar la arquitectura. De la misma manera que Jorge Oteiza consideraba los antiguos crómlech, el frontón vasco, y su propia escultura, como espacios religiosos vacíos, susceptibles de ser habitados por la imaginación y el espíritu, estas fotografías pretenden capturar el tiempo de estos espacios, para poder ser experimentados en un tercer tiempo, que no es ni el tiempo de la creación y vida del lugar ni tampoco el tiempo en el que fue realizada la fotografía, sino que es el tiempo del espectador, en el cual tanto el momento de la fotografía como el de la vida anterior del lugar son recreadas en su imaginación.
Así pues, hay en estas fotografías una intención subliminal por tratar de habitar, de comprender, de experimentar y de atrapar aquello invisible que nos fascina en estos lugares. Es en el fondo un intento por retornar a nuestra propia naturaleza imperfecta anestesiada, la cual se nos niega sistemáticamente mediante píldoras del bienestar. La belleza de la decadencia se nos manifiesta como una revelación en estos cadáveres exquisitos.
El término “cronotopo” (del griego: kronos = tiempo y topos = espacio, lugar) fue introducido como parte de la Teoría de la Relatividad de Einstein, y manifestaba la asociación indisoluble entre tiempo y espacio. No hay un espacio sin tiempo, ni un tiempo sin espacio. Así pues, podemos entender el tiempo como la cuarta dimensión del espacio.
Posteriormente fue definido por el filósofo ruso Mijail Bajtin como la conexión esencial de las relaciones temporales y espaciales asimiladas artísticamente en la literatura:
“El tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte en visible desde el punto de vista artístico; y el espacio, a su vez, se intensifica, penetra en el movimiento del tiempo, del argumento, de la historia. Los elementos del tiempo se revelan en el espacio, y el espacio es entendido y medido a través del tiempo. La intersección de las series y uniones de estos elementos constituye la característica del cronotopo artístico.”
EL AUTOR
Aitor Estévez Olaizola (Irún, 1977) es arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de San Sebastián, fotógrafo de arquitectura, y profesor en la School of Architecture – UIC (Barcelona) en la asignatura de Proyectos y Análisis de las Formas.
Después de colaborar en diversos estudios de arquitectura en Donostia y Barcelona, en 2008 abre su propio despacho profesional de arquitectura junto con Yolanda Olmo, alternando los proyectos arquitectónicos con la práctica profesional de fotografía de arquitectura. En 2015 publica el libro monográfico de fotografía “INDUSTRIAL • 11 Paisajes industrials en Cataluña”, el cual recoge imágenes de algunas de las industrias contemporáneas más representativas de Cataluña.