Artículo para DIARIO DE NAVARRA / Suplemento VIVIENDA NAVARRA, elaborado por Yoana Urralburu Soto, miembro de la Junta Directiva de COAVN Navarra y en su representación
VIVIENDAS PENSADAS PARA UN NUEVO MODO DE VIVIR
La sociedad debe ser consciente de la importancia que la arquitectura tiene en nuestra vida, centrando la mirada en la necesidad básica que supone el acceso a una vivienda digna: una vivienda inclusiva, con todos los servicios necesarios, pero que, además, sea respetuosa con el medioambiente, tanto en consumo de energía a lo largo de su vida útil como en su construcción.
Afortunadamente en Navarra la rehabilitación y adecuación de las viviendas sigue estando muy presente, con unos resultados que se pueden considerar referentes a nivel nacional. Pero, sin duda, todavía hay camino por recorrer.
La Comunidad Foral de Navarra ya dispone de una Ley de Habitabilidad desde el año 2004: el Decreto Foral 142/2004 de 22 de marzo modificado por el Decreto foral 5/2006 de 16 de enero, que nos ha permitido superar ciertos debates hace tiempo; una normativa que, gracias al esfuerzo de muchos, ha garantizado la calidad de las viviendas construidas en Navarra desde su entrada en vigor.
No obstante, la aparición de un nuevo marco normativo definido por el Código Técnico de la Edificación (CTE), el avance de la tecnología y los nuevos sistemas de construcción han generado ciertas incongruencias y duplicidades. En alguno de sus artículos la legislación se ha vuelto obsoleta, motivando una revisión necesaria en la que el Gobierno de Navarra, a través de su Consejería de Vivienda, Ordenación del Territorio, Paisaje y Proyectos Estratégicos, ha confirmado su voluntad de trabajar en esta legislatura.
Los objetivos de esta reforma deben centrarse, por un lado, en resolver las incongruencias o duplicidades con el CTE, y delegar en él aquellos aspectos que ya regula; adaptar los criterios de ventilación y renovación de aire a las nuevas tecnologías para facilitar la intervención en viviendas existentes; y establecer también los mecanismos que ayuden a desbloquear procesos de rehabilitación y reutilización de edificios que por su grado de protección resultan más complicados, siendo en algunos casos inviables. Por ejemplo, en las tipologías de edificaciones propias del norte de Navarra, con mucha superficie en planta y huecos de ventana de reducidas dimensiones, resulta paradójico que el principal motivo de su ruina sea precisamente aquello que les da valor.
Cada vez hay menos espacio disponible y vamos tomando conciencia de lo necesario que se vuelve el territorio sin construir. En otros países se está optando por densificar el espacio ya construido. Esto conlleva un auge de la rehabilitación frente a la nueva construcción. Pero el reciclaje de espacios no es sólo una labor de rehabilitación, sino también de dotar de un nuevo valor a las edificaciones, adaptándolas a las necesidades contemporáneas.
La ley necesita dar respuesta a los nuevos modelos de vida, con una importante presencia del teletrabajo, los entornos familiares cambiantes, mayor presencia del alquiler frente a la compra o incluso los nuevos sistemas de movilidad.
Estos aspectos no se resuelven solamente posibilitando el diseño de viviendas diáfanas, sino que requieren de una visión más amplia. Actualmente se necesitan entornos que se adapten a las diferentes necesidades o limitaciones que pueda experimentar una persona lo largo de su vida. Viviendas para mayores, adultos, jóvenes, diferentes modelos de familias, personas con discapacidades… Viviendas que trasciendan el propio ámbito del espacio privado y no sean sólo aquello que queda tras el umbral de la puerta. Los espacios comunes de acceso, de circulación y de relación también forman parte de ellas. Por ejemplo, edificios con espacios comunes y servicios domésticos colectivos, como lavanderías, cocinas, sitios de ocio, guarderías… Son modelos que buscan establecer relaciones entre los habitantes y que promueven la comunicación, la socialización y la rentabilidad del espacio. Las nuevas generaciones valoran más las experiencias y la versatilidad, por ello las viviendas deben adaptarse proponiendo espacios que fomenten la vida social, que tengan capacidad de transformarse ante las diferentes situaciones vitales, y que creen atmósferas confortables.
En el siglo XX se desarrolló la ciudad centrada en el vehículo. En el siglo XXI, sin embargo, se lucha por recuperar el espacio público para el ciudadano. Eso hace necesario incorporar al diseño de las viviendas los nuevos sistemas de movilidad. Los cambios culturales, sociales y tecnológicos, y los avances en las infraestructuras y los transportes, nos invitan a repensar el modo en el que se desarrolla la ciudad, relacionado también con la solución de sus viviendas.
Hemos mirado a Europa buscando referentes en la definición de Edificios de Energía Casi Nula. Hagámoslo también ahora para analizar, aprender y adaptarlo a nuestra realidad y cultura. Su extensa tradición en el uso de la vivienda en alquiler nos da pistas para superar el modelo tradicional, que en muchos casos no da respuesta a las necesidades de la población, que cambian con el tiempo. Una vivienda no es sólo un lugar, es un modo de vivir.
Animamos a la Administración a no legislar desde el miedo. La profesionalidad de todos los técnicos implicados y la tradición de las empresas constructoras y promotoras de Navarra ofrece un soporte de confianza para hacerlo. Al menos desde el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro no escatimaremos esfuerzos. Estamos dispuestos a poner todos los medios para ayudar a construir la mejor ley posible. La participación de colegiados en las sesiones de trabajo en torno a esta Ley lo garantiza.
La sociedad debe reflexionar acerca de la vivienda y el habitar, e imaginar la ciudad del futuro, con viviendas en las que podamos desarrollar gran parte de nuestros sueños.
Yoana Urralburu Soto, arquitecta y miembro de la Junta Directiva de la delegación navarra del COAVN (Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro)