Los arquitectos navarros distinguiremos los días 2 y 3 de marzo de 2017 dos edificios paradigmáticos del Movimiento Moderno en Pamplona, registrados en el Docomomo Ibérico: la Biblioteca Universidad de Navarra y el edificio Las Hiedras, con arreglo al siguiente calendario:
El día 2 de marzo (jueves), 11.00 h. :
Biblioteca Universidad de Navarra / Nafarroako Unibertsitateko Liburutegia
(1965. Arquitectos Ignacio Araujo Múgica y Juan Lahuerta Vargas)
El día 3 de marzo (viernes), 12.00 h.:
Edificio de Las Hiedras / Las Hiedras Erakaina
(1961. Arquitectos: Fernando Redón Huici y Javier Guibert Tabar)
La delegación navarra del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN) distinguirá a dos edificios paradigmáticos de la arquitectura moderna en Pamplona con la colocación de sendas placas informativas en el acceso a estos edificios.
Estos actos responden a una iniciativa compartida con la Fundación DOCOMOMO Ibérico (Documentación y Conservación de la Arquitectura y el Urbanismo del Movimiento Moderno), organización de ámbito internacional cuyo objetivo es inventariar, divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico del siglo XX correspondiente al Movimiento Moderno (1925-1965), en este caso, de España y Portugal.
Cada año desde 2012 esta Fundación reconoce anualmente a 40 edificios en su ámbito, a través de las propias demarcaciones de los colegios profesionales de arquitectos, que son quienes se encargan de seleccionar anualmente los dos edificios a reconocer en su provincia.
La leyenda de las placas recoge el nombre del edificio, sus autores, año de inicio y año de finalización de la obra, junto con el logo del CSCAE y de la Fundación DOCOMOMO Ibérico, organización de ámbito internacional cuyo objetivo es inventariar, divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico del siglo XX correspondiente al Movimiento Moderno (1925-1965), en este caso, de España y Portugal.
Los ACTOS, abiertos a arquitectos colegiados y público en general, consistirán en unas breves palabras de reconocimiento por parte del presidente del COAVN en Navarra, Mariano González Presencio, así como de algunas de las autoridades presentes. En el caso del edificio universitario, contaremos con la presencia Ignacio Araujo Múgica, coautor del proyecto del inmueble junto a Javier Lahuerta, ya fallecido.
Biblioteca Universidad de Navarra
autores: Ignacio Araujo Mugica (1929-)y Juan Lahuerta Vargas
año inicio: 1965
dirección: Campus Universitario de la Universidad de Navarra. Carretera de la Universidad s/n
El edificio de la Biblioteca de la Universidad de Navarra, que albergó también la Escuela de Arquitectura hasta la construcción de su nueva sede, es de planta simétrica en forma de H con dos alas desiguales. Tiene tres plantas de altura y tanto por la extensión de los bloques como por su diseño exterior puede hablarse de un edificio claramente horizontal.
Su característica principal es la sencillez, sin que ello signifique caer en la trivialidad, sino todo lo contrario, como puede apreciarse en la fachada principal. La repetición del módulo de la ventana como principio compositico se enriquece con detalles como los dos módulos ciegos y los pequeños vuelos de los extremos, la mínima imposta de remate, el ligero rehundido del paño de fachada junto a las ventanas o la presencia del pórtico de acceso, que se sitúa algo desplazado del eje de simetría.
También cabe señalar la forma en que se destacan la importancia y dignidad del edificio, gracias a que está algo elevado respecto a una gran explanada delantera, miesntra que el uso del porche en planta baja resalta su carácter público.
Al este del edificio original se construyó una ampliación que alberga la Escuela de Económicas. El anexo es bastante discreto ya que mantiene la escala y el color originales, aunque no el tipo de huecos ni el material.
autores: Fernando Redón Huici (1929-2016) y Javier Guibert Tabar (1925-2011)
año inicio: 1961
dirección: Avenida Baja Navarra 9b
El Docomomo destaca en la composición de este edificio «su justo equilibrado de horizontales y verticales, siempre asimétrico». Al margen de su propio valor, resulta de gran interés comparar este edificio en esquina con los realizados en Pamplona antes o inmediatamente después de la Guerra Civil, sobre todo por el peso que tuvo en su diseño el entorno urbano en el que se situaba. La atención a su ubicación en la trama urbana revela un reconocimiento del valor del edificio en la construcción de la ciudad que supone, indudablemente, un nuevo modo de entender la arquitectura. Redón y Guibert fueron conscientes de que no podían ignorar la diferente importancia de las dos fachadas que definen la proa del edificio, y aprovechan ese desequilibrio, de naturaleza urbana y no volumétrica o compositiva, para acentuar la asimetría en la que se basa su composición general: un juego equilibrado de horizontales y verticales, siempre asimétrico.
El edificio cobra así un gran protagonismo en la calle en la que se sitúa. Las plantas son igualmente interesantes, con una distribución que aprovecha la divergencia de las fachadas para disponer los espacios interiores en espina de pez. Posiblemente, esta solución no sea ajena a algunos proyectos de José Antonio Coderch, en los que se aprovecha igualmente esa disposición de los locales oblicua respecto a las fachadas.
Resultan igualmente interesantes los diseños que los arquitectos realizaron tanto para las cocinas como para los cuartos húmedos, mostrando un interés por esmerarse en la ejecución de las cuestiones menos vistosas de los proyectos, conforme al espíritu propio de la nueva actitud arquitectónica.
Es especialmente llamativo el diseño de las celosías de cierre de los balcones, con un complejo sistema de piezas basculantes que tienen algo de invento pero que sigue funcionando perfectamente muchos años después, y gracias a las cuales lograron proteger las viviendas del excesivo asoleo veraniego en los salones abiertos hacia el sur.
En la década de 1980, Redón proyectó una ampliación del edificio que completaba la manzana; pero este proyecto no fue tan afortunado como el del edificio original, aunque tampoco lo ha perjudicado en exceso.
Fundación DOCOMOMO Ibérico
Estos actos responden a una iniciativa de la Fundación DOCOMOMO Ibérico, organización de ámbito internacional cuyo objetivo es inventariar, divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico del siglo XX correspondiente al Movimiento Moderno (1925-1965), en este caso, de España y Portugal.
Cada año desde 2012 esta Fundación reconoce anualmente a 40 edificios en su ámbito, a través de las propias demarcaciones de los colegios profesionales de arquitectos, que son quienes se encargan de seleccionar anualmente los dos edificios a reconocer en su provincia.
En el caso de Navarra, Docomomo Ibérico tiene registrados 19 edificios, de los que, incluyendo los dos de este año, ya serán nueve los edificios homenajeados. Los 7 anteriores fueron:
- Clínica de la Universidad de Navarra (1965-1967) de los arquitectos Ignacio Araujo Múgica y Juan Lahuerta Vargas
- Colegio Vázquez de Mella (1934), de propiedad municipal, obra del arquitecto Serapio Esparza San Julián.
- Torre de Erroz (1964-1965), de los arquitectos Fernando Redón y Javier Guibert.
- Casino Eslava (1930-1932), del arquitecto Víctor Eusa.
- Viviendas y sede de la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona (1933-1934), del arquitecto Joaquín Zarranz.
- Casa de la Juventud en Pamplona (1965-1969), del arquitecto Estanislao de la Quadra Salcedo.
- Chalet del Club de Golf de la Ultzama (1962-1967), de los arquitectos Fernando Redón y Javier Guibert.
El resto de los edificios navarros recogidos en el Docomomo Ibérico son:
- Pueblo de colonización de Figarol (arquitectos Fernando Nagore, Domingo Ariz, José Borobio, Antonio Barbany)
- Club Klinker de Olazagutía (arquitectos Fernando Redón y Javier Guibert)
- Casa Felipe Huarte (arquitectos Fernando Redón y Javier Guibert)
- Viviendas en calle García Castañón (arquitecto Víctor Eusa)
- Casas baratas en calle Olite (arquitecto Serapio Esparza (?))
- Viviendas en Avda. Roncesvalles 4 (arquitecto José Yárnoz),
- Viviendas en calle La Merced 53-55-57-59 (arquitecto Mariano Arteaga)
- Pueblo de colonización de Rada (arquitectos Eugenio Arraiza y José Borobio)
- Viviendas Almacenes Gallego (ingeniero Fernando Gallego Herrera)
Una llamada de atención al patrimonio del siglo XX
La colocación de placas informativas constituye una llamada de atención sobre el Patrimonio del Siglo XX, un patrimonio cuya fragilidad requiere especial atención. Efectivamente, los nuevos edificios modernos que se empezaron a construir a partir de 1925 en España y Portugal no solo experimentaron nuevos programas y formas, sino que lo hicieron con nuevos materiales y tecnologías, poco ensayados hasta entonces. Su puesta al día y su adecuación a las normativas actuales han resultado, en ocasiones, en una merma de los valores patrimoniales de estos edificios. Por otra parte, por tratarse de un patrimonio extenso y muy reciente, es poco valorado por la sociedad y las administraciones responsables de su protección.
Esta iniciativa es posible gracias al apoyo de los Colegios Oficiales de Arquitectos españoles y del Consejo Superior de Colegios Oficiales de Arquitectos.
La Fundación DOCOMOMO Ibérico DOCOMOMO es la sigla de Documentation and Conservation of Building, Sites and Neighbourhoods of the Modern Movement. Con sede en Barcelona, coordina desde el año 1994 la consecución de estos objetivos generales aplicados a España y Portugal. En dicha entidad participan casi todos los Colegios de Arquitectos así como entidades dedicadas a la divulgación de la Arquitectura de ambos países.
Hasta la actualidad se han realizado numerosas actividades entre las que destacan los registros temáticos dedicados a La Arquitectura de la Industria (2005), La vivienda Moderna (2009) y los equipamientos: Equipamientos I: lugares públicos y nuevos programas, 1925-1965 (2010) y Equipamientos II: ocio, deporte, comercio, transporte y turismo (2011), publicados en sucesivas ediciones.
Más de un millar de edificios
Gracias a estos trabajos se han documentado de forma exhaustiva 1.114 edificios paradigmáticos de la arquitectura moderna desarrollada en España y Portugal entre 1925 y 1965.
La divulgación y estudio de esta arquitectura, que constituye el patrimonio arquitectónico del siglo XX, se ha completado mediante la realización de numerosos congresos y exposiciones promovidos por la Fundación, así como la participación en estudios de conservación y planes de patrimonio nacionales.