La Plaza de los Fueros de Pamplona lucirá la placa del DoCoMoMo Ibérico

Cartel SMARECORTADOEl Colegio Oficial de Arquitectos en Navarra distinguirá este viernes, 9 de octubre a las 12 del mediodía, a la PLAZA DE LOS FUEROS DE PAMPLONA como obra paradigmática de la arquitectura moderna mediante la colocación de una placa informativa que se colocará en el pasadizo que une la plaza con la Ciudadela.

Este acto, que se enmarca en la SEMANA DE LA ARQUITECTURA (la primera del mes de octubre) responde a una iniciativa de la Fundación DoCoMoMo (DOcumentación y COnservación de la arquitectura y el urbanismo del  MOvimiento MOderno) Ibérico, organización de ámbito internacional cuyo objetivo es inventariar, divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico del siglo XX correspondiente al Movimiento Moderno (1925-1975), en este caso, de España y Portugal.

La de la Plaza de los Fueros de Pamplona será una de las 36 placas que se colocan este año en su ámbito, lo que eleva a un total de 304 las placas colocadas desde 2012, año en que se puso en marcha esta iniciativa.  Construida entre 1973 y 1975, y cuyos autores son los arquitectos navarros Rafael Moneo (Premio Pritzker) y Estanislao de la Quadra-Salcedo, se convertirá así en la undécima obra arquitectónica navarra en la que se coloca esta placa. para informar a los viandantes del valor cultural y artístico que encierra.

La leyenda de las placas recoge el nombre del edificio, sus autores, año de inicio y año de finalización de la obra, junto con el logo del CSCAE (Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España) y de la Fundación DoCoMoMo Ibérico.

En el acto estarán presentes el Decano del COAVN, Patxi Chocarro; el presidente del COAVN en Navarra, Josecho Vélaz; el alcalde de Pamplona, el también arquitecto Enrique Maya; Estanislao de la Quadra-Salcedo, coautor del edificio; y el arquitecto José Manuel Pozo, asesor del DoCoMoMo Ibérico en Navarra, a la espera de confirmar la presencia de Rafael Moneo.

Los once edificios navarros con placa

En el caso de Navarra, DoCoMoMO Ibérico tiene registrados 30 edificios, de los que, con la Plaza de los Fueros, ya son once los edificios homenajeados con la colocación de su correspondiente placa. Se trata de la Clínica Ubarmin (Elcano, 1968)  de Fernando Redón; la Biblioteca Universidad de Navarra (1965), de Ignacio Araujo Mugica y Juan Lahuerta Vargas; Clínica de Universidad de Navarra (1965-1967), de Ignacio Araujo Múgica y Juan Lahuerta Vargas; Edificio de Las Hiedras (Pamplona, 1961), de Fernando Redón Huici y Javier Guibert Tabar;  Colegio Vázquez de Mella (1934), de Serapio Esparza San Julián; Torre de Erroz, de Fernando Redón y Javier Guibert; Casino Eslava, de Víctor Eusa; Edificio del Paseo Sarasate nº 5, de Joaquín Zarranz; Casa de la Juventud en Pamplona, de Estanislao de la Quadra Salcedo; y Chalet del Club de Golf de la Ultzama, de Fernando Redón y Javier Guibert.


 

El valor arquitectónico de esta plaza (*)

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Esta plaza es la única actuación puramente urbanística conocida de Moneo. Ha sido poco celebrada, tal vez por la discreción, maestría y eficacia con la que está resuelta.  La plaza venía a resolver sobre todo un problema de tráfico en el acceso sur de Pamplona, pero ha terminado siendo un regalo para el peatón y para la ciudad, que ha contribuido a construir. Además, ha dado lugar a varias réplicas en el trazado urbano de Pamplona, ninguna de ellas tan acertada como esta, tanto por lo que se refiere a su trazado como por lo que hace a su entorno arquitectónico.

De la Quadra y Moneo lograron la requerida fluidez para el denso tráfico rodado que desembocaba en ese punto por siete vías distintas y crearon nuevas e interesantes vías de circulación peatonal, así como un espléndido espacio para el esparcimiento, la contemplación y el reposo, consiguiendo realzar las preexistencias arquitectónicas y ambientales del lugar, que el vacío de la plaza aúna, dándoles un sentido nuevo.

C:Usersmariano.gonzalezAppDataLocalTempTemp1_Pamplona1.500Si el ruido es inevitable, por el tráfico, sin embargo en esa plaza rehundida los vehículos desaparecen visualmente y el peatón puede disfrutar de quietud y reposo, y entretener la vista en la contemplación de los edificios circundantes. Es una lástima que no se completase la plaza con el mural de Chillida que se había previsto en el lugar que ahora ocupa una poco afortunada decoración mural, dispuesta ahí sólo para impedir los grafitis. Un banco perimetral de madera invita a la estancia y a la calma en medio del tráfago urbano.

Todos los elementos arquitectónicos relevantes que se asoman a la plaza se han tenido en cuenta. Por un lado, los dos edificios de Eusa que se perciben desde una abertura practicada a ese efecto en el muro del acceso peatonal desde la avenida de Zaragoza. Por otro, los cuarteles de la Guardia Civil que aportaron al diseño de la Plaza el color del ladrillo y la idea del aparejo. Finalmente, el Parque de la Vuelta del Castillo, que puso el verde y el arbolado en el espacio en pendiente creado al descentrar hacia el lado opuesto el gran espacio peatonal pavimentado.

La finura del proyecto se percibe en el tratamiento del aparejo. Así, en la rampa helicoidal que permite el acceso peatonal desde la avenida de Galicia, las hiladas siguen el sentido descendente de la curva, sin romper los ladrillos. Como también es exquisito el trazado del adoquinado, levemente abombado, procedente del antiguo pavimento de Barcelona, que conforma el pavimento en la plaza peatonal y que, muy recientemente, se ha alterado de forma poco afortunada con una actuación de asfaltado.

(*) José Manuel Pozo / arquitecto y asesor de DoCoMoMo Ibérco para Navarra /  Fuente: ‘Guía de arquitectura Navarra Siglo XX’, editada por la ETSA de la Universidad de Navarra


 

Lo que la Guía de Arquitectura recoge de esta plaza (*)

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02_AMP_NA_A05_04El punto de partida para el diseño de esta plaza fue la solución de un considerable problema de tráfico, tanto rodado como peatonal, en un punto en el que confluyen tres barrios de la ciudad (Segundo Ensanche, Milagrosa e Iturrama) y varias calles principales. En consecuencia, resultaba poco razonable plantear una plaza tradicional, entendida primordialmente como lugar de estancia. Otra circunstancia relevantes es la presencia de varios edificios importantes, algunos por su altura y otros por su calidad arquitectónica, como la iglesia de los Paules y el cuartel de la Guardia Civil (que con una posterior remodelación y ampliación vio mermado su interés).

La solución elegida separa radicalmente los coches, que discurre alrededor de una gran glorieta o rotonda, de los peatones, cuya circulación discurre a un nivel más bajo a través de pasos subterráneos y de un gran espacio circular incluido dentro de la rotonda. El dinamismo del diseño evoca el movimiento con el empleo de líneas y superficies curvas, tanto en los pasos como en el espacio central; éste último, dominado por los edificios cercanos, es utilizado también como zona de estancia en contra de lo que cabría esperar, ya que los vehículos quedan en segundo plano frente a la arquitectura vecina. Hay que mencionar en este sentido el homenaje a Víctor Eusa que supone el hueco abierto en el paso desde la Casa de Misericordia, que permite contemplar la fachada de los Paúles.

03_AMP_NA_A05_01Aunque domina la línea curva, el diseño no resulta débil; en ello influyen los materiales usados, sobre todo el ladrillo rojo, que se relaciona con los edificios de la zona. Con su modo de colocación, a tizón y sin juntas, se consigue una textura muy interesante que realza el valor plástico de las superficies curvas. Hay que hacer constar que el fresco pintado en uno de los muros no corresponde al proyecto original, en el cual estaba prevista una fuente escultórica de Eduardo Chillida que no llegó a realizarse.

(*) Fuente: ‘Guía de Arquitectura de Pamplona y su Comarca’, editada por COAVN Navarra


 

Una llamada de atención al patrimonio del siglo XX

La colocación de placas informativas constituye una llamada de atención sobre el patrimonio del siglo XX, un patrimonio cuya fragilidad requiere especial atención. Efectivamente, los nuevos edificios modernos que se empezaron a construir a partir de 1925 en España y Portugal no solo experimentaron nuevos programas y formas, sino que lo hicieron con nuevos materiales y tecnologías, poco ensayados hasta entonces. Su puesta al día y su adecuación a las normativas actuales han resultado, en ocasiones, una merma de los valores patrimoniales de estos edificios. Por tratarse de un patrimonio extenso y muy reciente, es necesario realizar una llamada de atención  a la sociedad y las propias administraciones responsables de su protección.

Cada año desde 2012 esta Fundación reconoce anualmente a 40 edificios en su ámbito, a través de las propias demarcaciones de los colegios profesionales de arquitectos, que son quienes se encargan de seleccionar anualmente el edificio o edificios a reconocer en su ámbito geográfico.

Esta iniciativa es posible gracias al apoyo de los Colegios Oficiales de Arquitectos españoles y del Consejo Superior de Colegios Oficiales de Arquitectos.


 

Pamplona acredita ya el valor arquitectónico de la Plaza de los Fueros


 

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