EN EL ADIÓS A FERNANDO REDÓN (Mariano González, presidente COAVN Navarra)

El pasado 15 de noviembre se produjo una noticia no por esperada menos dolorosa; el fallecimiento de Fernando Redón Huici. Conocíamos su delicado estado de salud pero no perdíamos la esperanza en que su marcha no fuera tan inminente; hoy todos los arquitectos navarros nos sentimos un poco huérfanos porque hemos perdido al que probablemente fuera nuestro referente más indiscutido. Nos queda el consuelo de haberle podido demostrar en vida, aunque fuera de manera modesta, nuestro respeto y agradecimiento con la entrega el año pasado de la “Plomada de Oro” como reconocimiento a su larga y brillante trayectoria; también con la exposición que albergó el Parlamento de Navarra sobre los distintos perfiles de su polifacética obra; una muestra que fue posible gracias a la colaboración de instituciones como la Universidad Pública de Navarra, el Parlamento de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona y la propia Delegación Navarra del COAVN.

Lo amplio de esta colaboración atestigua el hondo prestigio de que disfrutaba Fernando en el seno de la sociedad navarra. Un prestigio ganado no solo con su extraordinaria labor como arquitecto, sino también desde su compromiso público con su trabajo al frente de la Institución Príncipe de Viana o el Consejo Social de la UPNA.

Fernando Redón fue un arquitecto antiguo y moderno a la vez; la variedad de sus intereses y habilidades más allá de la arquitectura (dibujo, pintura, fotografía, diseño, edición de libros…) le hace merecedor del calificativo de “renacentista” y con su capacidad, su cultura, su elegancia, su educación y su buen humor representó mejor que nadie ese arquitecto de siempre que todos hubiéramos deseado ser; pero fue también un arquitecto de vanguardia, el más importante del siglo XX en Navarra; el tándem que formó en sus primeros pasos profesionales con otro gran arquitecto navarro, Javier Guibert, supuso para la arquitectura de esta tierra un antes y un después y su enganche definitivo al carro de la renovación arquitectónica que atravesó España en el ecuador del siglo pasado.

Aunque por encima del indiscutible valor que para la historia de la arquitectura navarra puedan presentar sus obras, lo realmente capital es la calidad intrínseca que ofrecen. Hay que volver al Club de Golf de la Ultzama y sentir la insuperable conexión entre arquitectura y paisaje, observar el escultórico juego del claroscuro en Ubarmin, deleitarse con la precisión de la esquina del edificio de Las Hiedras o las fachadas de las torres de Huarte, percibir el simbolismo de las cubiertas del Convento de las Agustinas de San Pedro o admirar la silueta imponente de la Torre de Erroz con su complejo juego de volúmenes para saber que todas estas obras y otras muchas más mantendrán viva la memoria de este arquitecto genial.

Somos muchos los que lloramos hoy la pérdida de un maestro; también de un amigo, porque la pasmosa bonhomía que le distinguía así nos hacía sentir a todos los que tuvimos ocasión de tratarle, pero nos queda su ejemplo y su trabajo ¡descanse en paz!

Mariano González Presencio, presidente COAVN Navarra

(16/11/2016)

El pasado martes, 15 de noviembre, a última hora de la tarde, cuando en San Sebastián inaugurábamos el IX Congreso Do.co.mo.mo. Ibérico, movimento artístico del que fue uno de sus más reveladores exponentes, y cuando en el Condestable de Pamplona celebrábamos un encuentro con arquitectos ganadores de los Premios COAVN, -muchos de ellos, antiguos alumnos suyos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra-, Fernando Redón, -solícito colegiado, compañero y amigo-, nos decía adiós a los 87 años de edad. Una triste noticia que, no por esperada, resultaba menos dolorosa.

El año pasado recibía de manos de los arquitectos navarros y en compañía de su gran amigo Rafael Moneo y nuestro presidente, Mariano González Presencio, la Plomada de Oro, en reconocimiento a su amplísima y sobresaliente trayectoria profesional, en el marco de una exposición -‘Fernando Redón Huici. Obra cívica / Arkitekturaz haratago’-  antológica que albergó la sede del Parlamento de Navarra.

Premio Príncipe de Viana de la Cultura en 2004, nos deja un arquitecto de referencia del siglo XX en Navarra, un gran humanista, un personaje adelantado a su tiempo, y, por encima de todo, un hombre sabio, sencillo, afable y con un enorme sentido del humor.

El COAVN se suma al dolor a sus familiares a los que traslada su más sentido pésame.

Descanse en paz nuestro querido Fernando.

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