Confiesa que su amor por la naturaleza le viene de cuando era estudiante de Arquitectura. Arquitecto con estudio propio, primero; profesor universitario e investigador, desde hace años; hoy en día alterna la docencia con su dedicación a la fotografía, disciplina en la que ya tiene en su haber un buen número de publicaciones y exposiciones firmadas.
Iñaki Bergera es alavés pero estudió en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, lo que le llevó a residir varios años en Pamplona, ciudad en la que se inició en el mundo profesional. En la actualidad vive en Zaragoza donde enseña Arquitectura a los estudiantes de la universidad pública de la capital aragonesa.
En Pamplona presentaba hace unos días una curiosa y brillante exposición, ‘Panticosa. Arquitectura y territorio en conflicto’, que se ha podido visitar durante una semana en el Palacio del Condestable durante este mes, antes del cierre provisional del edificio, a la espera de que llegue la posibilidad de volver a disfrutar de ella cuando la situación socio-sanitaria motivada por la crisis del COVID-19 desaparezca y este espacio cultural se reabra al público.
¡¡ATENCIÓN!! Las 14 imágenes de la exposición AQUÍ
La exposición es una de las dos que todos los años por estas fechas organiza el Colegio Oficial de Arquitectos en Navarra para celebrar la fotografía de arquitectura. Precisamente el acto de entrega de los premios del concurso fotográfico Mirar la Arquitectura /Arkitektura Begira de este año, motivo de la otra exposición que alberga el Condestable, permitió al público asistente conocer la trayectoria profesional de Iñaki Bergera, miembro del jurado de este concurso, en ese mundo suyo donde confluyen la arquitectura y la fotografía.
Dos disciplinas que van de la mano, también en la exposición que presentaba, 14 piezas fotográficas de gran formato que “persiguen la idea de límite, ese punto donde la arquitectura y la naturaleza, dos fuerzas vivas cada una a su manera, tratan de dialogar entre ellas”. La fotografía de objetos y paisajes extraños, en ocasiones apocalípticos, donde en muchas ocasiones la crisis del patrimonio industrial queda patente, es una de sus principales señas de identidad.
Bergera ha fotografiado también cementerios de coches o gasolineras abandonadas al otro lado del Atlántico. “Siempre he buscado fotografiar paisajes urbanos extraños poco convencionales, apocalípticos en ocasiones, series de objetos a modo de tipologías arquitectónicas: casas, coches, edificios, gasolineras (ver exposición MUN)… por una especie de fascinación infantil difícil de argumentar’.
Y en ese deambular con la cámara fotográfica al cuello, Bergera se topa hace unos años en una de sus frecuentes incursiones por el pirineo aragonés con un escenario único, abandonado a su suerte, donde la naturaleza clama por su espacio invadiéndolo todo y donde la arquitectura se desmorona tras una lucha encarnizada pero perdida de antemano de la que dan constancia las imágenes de la exposición.
Premio COAVN de Arquitectura 2019 en la categoría cultural, para Iñaki Bergera “fue un subidón sumar la naturaleza sublime a una arquitectura potente que la acoge y la rechaza al mismo tiempo; el grito visual lleno de una arquitectura abandonada a su suerte”. Un hilo de agua que penetra por una grieta del edificio, un musgo que se asoma entre la piedra, una roca que parece sujetar impasible un muro complejo de edificios ideados por dos Pritzker de la Arquitectura, Álvaro Siza y Rafael Moneo.
“Estamos ante una arquitectura que quiso ser pero que nunca llegó a ser, teatralizaciones que nos hablan de la presencia de una ausencia, imágenes de un despropósito, la opulencia hecha añicos, el abandono y la huida hacia ninguna parte…”.
Bergera cerró el acto agradeciendo la contribución de Txus Tudelilla como comisaria y colaboradora en la selección de piezas para esta muestra, y la del fotógrafo Carlos Cánovas, encargado de la producción de las piezas fotográficas de la exposición, de cuya reapertura seguiremos pendientes.
Una exposición con historia / Texto introductorio
La crisis económica en España provocó el cierre y consiguiente abandono de instalaciones concebidas para satisfacer a una cierta demanda de lujoso entretenimiento durante los considerados años de bienestar y abundancia. La ambiciosa restauración del viejo Balneario de Panticosa, situado en el Valle de Tena, en el fondo de una cubeta glacial, a 1636 metros de altura, y su transformación en un moderno centro turístico, se desvaneció repentinamente en 2008, provocando el brusco final de la construcción del Centro de Alto Rendimiento Deportivo de Álvaro Siza, y el cierre temporal del Gran Hotel diseñado por Rafael Moneo, encargado de la rehabilitación de las antiguas construcciones de la estación termal.
En diciembre de 2011, Iñaki Bergera, arquitecto y fotógrafo, comenzó a fotografiar el abandono de las instalaciones del Balneario de Panticosa. Desde entonces su mirada ha atendido a los muros que conforman los edificios y traducen las ideas de quienes los proyectaron, y al fracaso de una arquitectura incapacitada para crear emociones sin nadie que la habite. Del Balneario se conservan muchas fotografías de sus años de esplendor que dan testimonio de un tiempo de descanso en un lugar recóndito, al cobijo de un paisaje en continua mudanza por su dinámica inestable que, en la secuencia de imágenes captadas por Bergera, parece contagiar a los restos de materiales de construcción que bruscamente se desprenden, tapizan la superficie de los suelos y se derraman hacia el paisaje reclamando su origen natural. La chatarra, la basura, la suciedad y las malas hierbas notifican el momento en que todo quedó en suspenso y dio comienzo el deterioro que avanza imperturbable por ser testigo de las consecuencias de proyectos negligentes que identifican el paisaje con el territorio, obviando la identidad del lugar. Bergera nos hace partícipes del conflicto con la intención de estimular el conocimiento y la posibilidad de pensar nuevos modelos de futuro. CHUS TUDELILLA
La exposición PANTICOSA. TERRITORIO Y ARQUITECTURA EN CONFLICTO, de Iñaki Bergera y comisariada por Chus Tudelilla, consta de 14 piezas en formato 80x109cm (copias fotográficas ink-jet de conservación, tintas pigmentadas en soporte papel Canson Infinity Baryta 310gr) y se podrá ver en el Palacio Condestable de Pamplona del 6 de marzo al 26 de abril de 2020.
El autor
Iñaki Bergera es profesor titular en la Universidad de Zaragoza. Doctor arquitecto (2002) por la Universidad de Navarra, becado por la Fundación “la Caixa”, se graduó con premio extraordinario en el Master in Design Studies de Harvard University (2002). Ha sido investigador principal del proyecto “Fotografía y arquitectura moderna en España” y comisario de dos exposiciones sobre el tema en el Museo ICO de Madrid (PHE 2014 y PHE 2016). Autor y editor de casi una veintena de libros, tiene una amplia producción científica de artículos y ponencias internacionales. En 2001 realizó estudios de fotografía en la School of Visual Arts de Harvard y, desde entonces, ha desarrollado un trabajo fotográfico personal en torno a las relaciones entre fotografía, arquitectura y espacio urbano, plasmado en diversas exposiciones individuales como América, paisaje urbano (2006), A Tale of Two Cities (2008), En el paisaje (2010), Twentysix (Abandoned) Gasoline Stations (SCAN Tarragona 2014, PHE 2015 y MUN 2018) y Empty Parking Spaces (2019) y en colectivas como La creación del paisaje contemporáneo (DKV-Alcobendas, 2016) o Unfinished (Bienal de Venecia, 2016).
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