El Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN), Delegación Navarra, organizó este miércoles una mesa-debate para reflexionar sobre el futuro del Monumento a los Caídos, un edificio que divide opiniones tanto entre políticos, los y las profesionales de la arquitectura como en la sociedad.
El debate, moderado por el arquitecto Javier Torrens y presentado por el presidente del COAVN Navarra, Santiago Iribarren, reunió a unos 70 asistentes, entre ellos numerosos arquitectos/as y representantes municipales: Marina Curiel y Xabier Sagardoy (PSN), Txema Mauleón (Contigo-Zurekin), Juan José Echeverría y Aitor Silgado (UPN), y Carmen Alba (PP), además del teniente de alcalde del Ayuntamiento de Pamplona, Joxe Abaurrea.
No hubo cuórum en muchos aspectos sobre el valor del edificio pero una amplia mayoría coincidió en que:
- Es un edificio inhóspito, un mausoleo, una telaraña, sin vida, apabullante, un elefante… y un espacio sin vida que necesita ser transformado para integrarse en la ciudad.
- El colectivo considera que convocar un nuevo concurso sería una banalidad y una falta de respeto hacia el esfuerzo profesional invertido por los arquitectos y equipos participantes, que en horas invertidas alcanzaría la cifra de 2,5 millones de euros. No se pone en valor el trabajo de los y las profesionales de la arquitectura…
- Entre las 49 propuestas, y especialmente las 7 finalistas, debe estar la solución. Una opción sería volver a valorar las finalistas y permitir que la ciudadanía vote para elegir el proyecto a ejecutar.
Se insistió en que «Todas las ideas están ahí… no son ideas de café en tres horas. Son horas y horas de trabajo, de estudio, de reflexión profunda y proyectos documentados para ahora tirarlas a la basura», aseguraron algunos colegiados/as.
El valor y el uso del edificio, cuestiones abiertas
El debate evidenció la diversidad de opiniones sobre el valor arquitectónico del edificio. Mientras algunos, como Fernando Tabuenca o Marta Ciganda defendieron su relevancia arquitectónica, otros, como Raúl Belloso, lo calificaron de «irrelevante e irresignificable». Sin embargo, hubo consenso en un punto: el edificio necesita un uso claro para dejar atrás su carácter inhóspito y apabullante.
Entre las propuestas discutidas, se plantearon ideas innovadoras, como habilitar un rocódromo en su interior, una discoteca o un mirador con terraza, siempre bajo la premisa de transformar el espacio en un lugar funcional y atractivo para la ciudadanía.
Cómo se han resuelto otros edificios de dictaduras fascistas
La jornada también incluyó una reflexión sobre cómo otros países, como Alemania, Italia o Rusia, han gestionado edificios asociados a dictaduras. En muchos casos, estos inmuebles han sido resignificados y convertidos en ejemplos de integración histórica y funcionalidad.
«Es fundamental aprender de esas experiencias y recordar que los arquitectos proyectamos espacios, no ideologías», señaló Torrens. «Corresponde a las instituciones definir el uso del edificio, pero la tarea de dar forma a esos espacios es exclusivamente nuestra».
Una llamada al Ayuntamiento
El presidente del COAVN Navarra, Santiago Iribarren, cerró el acto destacando la importancia de los arquitectos en este proceso. «Nuestra profesión nos otorga la capacidad de analizar, proponer y transformar, y el Ayuntamiento debe contar con ese conocimiento para tomar decisiones responsables», afirmó.